Los beneficios ambientales de la Iluminación LED

Las bombillas que utilizan la tecnología LED no sólo reducen las facturas de energía, sino que también son más respetuosas con el medio ambiente en comparación con las bombillas incandescentes y las luces compactas fluorescentes (CFL). Tanto la fabricación como el uso de las bombillas LED causan menos daño al medio ambiente que las otras dos alternativas.

Para empezar, una bombilla LED de 6 a 8 vatios, con una salida de luz de 800 lúmenes, durará 50.000 horas. En comparación, las bombillas incandescentes duran 1.200 horas y consumen 60 vatios, mientras que las CFL duran 8.000 horas y consumen 13-15 vatios.

Las bombillas LED consumen menos energía por unidad (lumen) de luz emitida. Esto reduce las emisiones de efecto invernadero de las centrales eléctricas. Las emisiones de dióxido de carbono de los LEDs también son mínimas. Aproximadamente, una bombilla LED minimizará las emisiones de gases de efecto invernadero en casi media tonelada.

El consumo de energía anual de una bombilla LED es unas 30 veces menor que el de una bombilla incandescente correspondiente. Según los Departamentos de Energías, la iluminación representa una quinta parte del consumo de energía en un hogar. Las luces LED pueden rebajar los costes de iluminación hasta 15 por ciento del consumo total de electricidad en los hogares, un 30 por ciento en fábricas y casi un 50 por ciento en tiendas a pie de calle.

Los LEDs generan menos calor durante su uso y por lo tanto los costes de enfriamiento asociados son comparativamente más bajos. Las bombillas incandescentes liberan el 90 por ciento de la energía en forma de calor. Mientras que las lámparas LED pierden alrededor del 5 por ciento de la energía generada en forma de calor, el resto se convierte en luz o trabajo útil.

Está claro que los LEDs son una gran ventaja sobre las bombillas incandescentes, pero ¿qué pasa cuando se comparan con las CFL? La mayor diferencia es que las luces LED y las bombillas incandescentes no contienen el peligroso mercurio, mientras que las CFL sí lo contienen.

El reciclaje eficiente del aluminio disipador disminuirá aún más el impacto ambiental de los LEDs durante la fase de eliminación de su ciclo de vida. En la actualidad, se dispone de lámparas LED que utilizan un 80 por ciento de aluminio reciclado post-industrial para los disipadores de calor.

El potencial ahorro de energía de las bombillas LED puede evaluarse a partir del hecho de que en 2012 se instalaron alrededor de 49 millones de LED en los Europa, lo que supuso un ahorro de alrededor de 675 millones de euros en un año. Para el 2030, 3 de cada 4 bombillas estarán usando la tecnología LED. Esto reducirá las emisiones de carbono en 1.800 millones de toneladas métricas. Y podría reducir la demanda de electricidad en un tercio.

Los beneficios ambientales son fáciles de entender. Tal escenario reduce nuestra dependencia de las fuentes de energía no renovables y la degradación ambiental que acompaña a la minería de carbón y la perforación de petróleo.

Las dos mayores ventajas medioambientales de los LED se deben a su bajo consumo de energía y su larga vida útil. En comparación con las lámparas fluorescentes compactas y las lámparas incandescentes, es necesario producir, empaquetar, transportar, utilizar y finalmente desechar menos lámparas LED que sus contrapartidas.

En la actualidad, el mayor obstáculo para la adopción de esta tecnología de iluminación verde es el costo de instalación inicial. Las bombillas LED son más caras que otras alternativas, pero una lámpara LED que dura 10 años devuelve su coste en 3 años.

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